Como sabemos que la Osteopatía en nuestro país no es muy conocida, hemos decidido escribir una serie de blog, donde queremos explicar no sólo en qué consiste esta disciplina, sino acercarla lo más posible a todos, compartiendo artículos con información relevante relacionada con las aplicaciones que tiene, las técnicas, los resultados conocidos, casos prácticos de nuestra propia consulta o cualquier otro aspecto que sea de interés de quien nos sigue en las redes.

La Osteopatía es una disciplina con una amplia base científica, pero relativamente nueva, ya que nace en EEUU como una especialización médica a fines del siglo XIX, llegando a Europa a inicios del siglo XX (U.K., 1903 con J.M. Littlejohn). La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce en el 2002 la Osteopatía como Medicina No Convencional y en en julio de 2015 se publica la norma UNE-EN 16686 “Prestación de Asistencia Sanitaria en Osteopatía”, que define “las condiciones dentro de las cuales debe adoptarse, sin modificación, la norma europea como norma nacional”. Actualmente se puede tener una idea de la implicación del tratamiento osteopático en la sanidad mundial si pensamos que existen más de 13.500 artículos científicos que tratan

sobre Osteopatía en el principal motor de busqueda bio-sanitario PUBMED (palabra clave: osteopathic).

Antes de introducirnos en este mundo tan amplio de la Osteopatía, nos gustaría compartir contigo nuestro concepto de SALUD; la razón principal por la que existe A2Osteopatía:

La Salud puede tener muchas definiciones, y ninguna de ellas debe confundirse con la ausencia de enfermedad, ya que esta idea lleva, muy frecuentemente, a estudiar más la patología que la propia salud. Nosotros concebimos la salud como la capacidad de adaptarnos satisfactoriamente a cualquier evento de nuestra vida, o como ya explicó mejor George Canguilhem (1): “La salud es la capacidad del organismo para adaptarse a los desafíos planteados por el entorno, para crear nuevas normas para nuevos entornos. La normalidad se mide por la adaptabilidad del individuo.”

Es decir, estoy en salud cuando quedo expuesto a un fenómeno en mi vida, al que consigo adaptarme temporalmente y recuperarme después. Por ejemplo:

  • cuando tengo un resfriado, pero después de una semana se me ha pasado sin secuelas, en vez de tener tos durante dos meses y necesitar medicamentos para recuperarme;
  •  o cuando hago un esfuerzo físico al que no estoy acostumbrado, tengo agujetas dos días, pero en menos de una semana no tengo más dolores; en vez de tener agujetas, junto a un dolor articular que me bloquea la espalda o el cuello por el que necesito terapia farmacológica o física.
  • o que cambie el tiempo y llegue la lluvia sin que por este motivo me aparezcan dolores articulares difusos.
  • o que sea capaz de afrontar una decepción, un problema en el trabajo o en la vida personal, sin que mi cuerpo me envíe señales de carga o deterioro en mi calidad de vida.

Salud, como ves, es algo más que un concepto; es vivir la vida con sus altos y sus bajos, adaptándote y, aunque caigas, teniendo la capacidad de levantarte y continuar viviendo sin secuelas, sin anclas, sólo con más experiencia. La salud no es algo que se tiene o no se tiene, ni que se pierde en poco tiempo. La salud está en nuestros procesos de adaptación, con sus ciclos de alostasis y homeostasis.

Cuando un organismo afronta “los desafíos del ambiente” entra inicialmente en un fenómeno llamado alostasis (Esquema 1), en el que sale de su punto de equilibrio que es la homeostasis,  lterando algunos parámetros (por ejemplo aumentando la frecuencia cardiaca mientras corremos), para después regresar a sus niveles de equilibrio (cuando dejamos de correr…) y, por tanto, siempre dentro de un estado de salud o de fisiología.

Sin embargo, un estado excesivamente prolongado en alostasis podría hacernos entrar en la llamada carga alostática, donde el organismo empieza a tener dificultad para regresar a su nivel de equilibrio; las células, tejidos y órganos, son sobre-exigidos comprometiendo sus funciones… es decir, perdiendo salud.

Y… ¿por qué, como profesionales, hemos elegido la Osteopatía? La osteopatía nació como una disciplina “que busca la salud y no la enfermedad” y que la entiende como un proceso en el que el cuerpo funciona como una unidad, una función natural (2). El osteópata, a través de técnicas manipulativas y sus conocimientos de fisiología, es decir de cómo funcionamos en salud, actúa para aumentar o recuperar la capacidad de adaptación del cuerpo a las circunstancias ambientales que lo desafían.

¿Pero cómo hace el osteópata para detectar la salud? Muchas situaciones de carga alostática influyen en la respuesta del sistema osteo-muscular, pudiendo alterar su forma (p.e. postura), dinámica (p.e. movimiento) y tono (p.e. tensión), además de la cualidad de los tejidos, con o sin dolor. El osteópata consigue, a través de la palpación, evaluar parámetros que caracterizan a la carga alostática y que se denominan “disfunción osteopática”. En la práctica, identificamos en el sistema osteomuscular las zonas de restricción de la movilidad, alteración de la calidad del tejido o del tono muscular fisiológico, que corresponden a la “disfunción” (mal funcionamiento o funcionamiento no óptimo) que, hipotéticamente, es el origen del síntoma.

¿Y qué es lo que hace el osteópata para “recuperar la salud”? La técnicas osteopáticas aplicadas sobre la región en disfunción, nos permiten mejorar la respuesta del sistema osteomuscular, que a su vez ayuda a mejorar la función de la región. Este fenómeno está en el origen a de uno de principios fundamentales de la Osteopatía; “El pricipio de la estructura-función”, que puede entenderse pensando que el sistema vascular, nervioso o linfático, que garantizan la correcta actividad de cualquier estructura del cuerpo, necesitan no sufrir compresiones de la estructura osteo-muscular para “funcionar correctamente”.

  • Un ejemplo típico es el dolor en la parte posterior de la pierna y parte baja de la espalda llamado ciática o ciatalgia, que con relativa frecuencia se debe al aumento del tono de un músculo llamado Piriforme, que envuelve el nervio ciático cuando pasa por la región glútea. En este caso, la técnica osteopática va orientada a normalizar la actividad de este músculo para que no comprima el nervio y, como efecto, desaparezca el síntoma.
  • Otro ejemplo relativamente común es el de manos que se adormecen fácilmente mientras dormimos, yendo en bicicleta o sosteniendo un teléfono por algunos minutos consecutivos y que depende, en muchas ocasiones, de disfunciones de las vértebras cervicales que el osteópata puede corregir con técnicas adecuadas a cada caso.

Liberar el recorrido osteomuscular de una estructura nerviosa o vascular ha sido una de las primeras indicaciones que dio el Dr. Andrew Still a sus alumnos a finales del 1800 y, desde entonces, este modelo de razonamiento ha sido utilizado con éxito por osteópatas de todo el mundo.

Aún queda más información sobre los principios que explican por qué funciona la Osteopatía. Os seguiremos contando más en próximas entregas, incluyendo las ramas a las que está ligada, las colaboraciones con la medicina oficial y otros contenidos que puedan ser de vuestro interés.

(1) George Canguilhem (1991). The Normal and the Pathological. Zone Books.

(2) Rolling E. Baker (2009). La Vita in Movimento. Futura Published, Italia.