Project Description

La relación del deporte con la osteopatía es probablemente la más conocida, junto con su aplicación en el tratamiento de patologías de la columna como las lumbalgias (1, 2) y cervicalgias.
Este “éxito” de la osteopatía en el mundo del deporte se justifica porque permite una recuperación muy rápida de las lesiones deportivas. Además, son cada vez más los deportistas que se hacen seguir por su osteópata de confianza para la prevención o el control de viejas lesiones, mano a mano que los deportistas conocen y sienten los beneficios del tratamiento osteopático.

Personalmente, tengo el privilegio haber vivido la relación entre la osteopatía y el deporte como deportista tratada al principio, y como osteópata posteriormente (ver CV Nieves Anula). Y desde esta perspectiva uno de los efectos que más valoro de la osteopatía es su capacidad para proporcionar al deportista la neta sensación de integración de cada parte de su cuerpo.

Cualquier deportista que haya pasado por una lesión, no necesariamente muy grave, ha podido percibir como por un periodo más o menos largo, después de la “teórica” recuperación de la lesión, el segmento lesionado (un tobillo, una rodilla, un hombro,…) no nos responde durante el gesto técnico como lo hacía antes de la lesión. El tiempo, el entrenamiento y probablemente pequeños cambios en la técnica deportiva nos permiten volver a ser eficaces, pero frecuentemente se da el caso en el que el deportista no puede decir que se fía completamente de ese segmento de su cuerpo. A veces, incluso acabamos adaptándonos nosotros al segmento lesionado, que impone un cambio de la técnica que empezamos a considerar “nuestra o normal”, cuando en realidad no lo es.

Por mi experiencia puedo afirmar que, a este nivel, la osteopatía marca una neta diferencia respecto al resto de las terapias, permitiendo recuperar no sólo la funcionalidad de la zona lesionada, sino la capacidad para volver a “utilizarla” como antes, es decir, permite volver a integrar en la percepción corporal el segmento lesionado.

Con el tratamiento osteopático la principal diferencia física es la de “fiarte del hombro, tobillo, rodilla, etc.”, con la sensación de que esa zona durante la actividad deportiva se mueve en continuidad e integrada con el resto del cuerpo.

En esta ocasión, como caso clínico, puedo ponerme yo misma como ejemplo: 45 años, 21 años de jugadora profesional de baloncesto (desde los 15 a los 31 años). Sufrí dos lesiones consecutivas, a los 17 y 18 años respectivamente, ambos con rotura de ligamento cruzado anterior en la rodilla derecha y consecuentemente dos operaciones de reconstrucción del ligamento.

Tras las segunda operación y un gran trabajo fisioterapéutico y físico vuelvo a jugar a alto nivel (83 veces internacional con la selección femenina de baloncesto absoluta), pero los restantes 13 años de mi carrera deportiva debí adaptarme a una serie de límites que me influyeron tanto físicamente como en la técnica. Y fueron una ligera hipotrofia de prácticamente toda la musculatura de la pierna derecha, con una dificultad neta en la reactividad de la pierna derecha, tanto en salida en velocidad como en el desplazamiento defensivo hacia la izquierda. Recuerdo de acostumbrarme a defender desplazada un poco a mi izquierda, mi incapacidad para aplicar toda la fuerza en penetración por la izquierda ya que tenía que saltar con la pierna derecha, así como la dificultad para extender la rodilla cada vez que permanecía sentada más de 15 minutos.

Desafortunadamente, yo empecé a tratarme osteopáticamente solo al final de mi carrera deportiva, pero desde los primeros tratamientos empecé a notar que tenía menos dificultad para extender la rodilla, sólo me sucedía si estaba sentada mucho más tiempo. Podía aplicar más fuerza en el salto batiendo con la pierna derecha y, sobre todo, no era consciente de que debía saltar con la pierna derecha, sino que me daba cuenta de haberlo hecho automáticamente, además no tenía tantas dificultades para reaccionar con velocidad saliendo con la pierna derecha. En general, utilizar todo mi cuerpo empezó a ser más fácil, más automático y conseguía tirar desde lejos (actual línea de 3 puntos) incluso estando cansada al final del partido.

(1)Guía NICE (Reino Unido) que recomienda el uso de la terapia manual y las manipulaciones espinales como parte del tratamiento de la Lumbalgia y de la Ciática: VER GUÍA
(2) Interesante vídeo explicativo sobre el Osteopathic Trial, una conocida investigación en relación al dolor lumbar y los beneficios del tratamiento osteopático: VER VIDEO